REQUIEM PARA EL SORDOMUDO
JACK QUINTANILLA
Requiem para el sordomudo jack quintanilla que dejó la vida tirada sobre los asfaltos.
(Historia de choborras)
que un día, cansado
se puso a ladrar
(Yira... Yira... Tango)
Enrique Discépolo
Por primera vez desde aquel encuentro
En la Chilena el sol se había borrado de su rostro. Y ebrios y gamberizos,
Choborras y guaraperos abrieron su corazón rojo-pisco al desborde
De la ternura. Jack Quintanilla sumido en la niebla
Imagino también a la canalla, fracasados triunfantes de la vida. A Toto,Obdulio, Rafo,
Al Tirabuzón Zapata, Al Mocho Gutarra Y Dedalito, amigo
De las grandes procacidades y el trago corto. Y las muchachas -antiguas
Criaturas pasadas de moda- buitriando un gato de los mil demonios.
No es menos interesante, por cierto, la historia de Faltapincho castrado
en la guerra del Chaco. Jack Quintanilla sumido en la niebla.
Y esa terrible mirada condimentada con ajos y cebollas, esa terrible
Mirada anotologizando los principales burdeles y chongos de la costa, es
De pronto en picada una campana apachurrada bajo las ruedas de un FORD.
(Intuyo que nuestro tiempo llama presto a celebrar la amistad).
Un rumor de botellas vacías los separaba para siempre. Y Bienvenido Granda,
Daniel Santos y la Sonora Matancera, y otras caliginosas voces,
Se adhieren al merecido homenaje y callan desde la radiola AMI music. Y hasta Sudapisco, el perro
Alcohólico de Marambio, tirado sobre los gargajos
Y el acerrín ocre del piso, deja escapar lágrimas caninas, testimonio
Del más grande homenaje. Jack Quintanilla bajo los neumáticos.
Y dicen -las malas o buenas lenguas- que llegó de Chincha con dos
Soles cincuenta y una chalina. Afirman. Sordomudo de nacimiento.
Su idioma, indiscutible, mágico mundo de señales, era
Para entenderlo de corazón a corazón. El mundo apareció en sus manos.
Hasta aquí mi historia no deja de ser cierta. Había recibido 10 Kilos
Y decidí celebrarlo con los amigos. Y fui a buscarlos donde siempre.
Sabido es que en La Chilena, los borrachos
Arrojan a empellones, las sillas vuelan
Y nadie sabe quién pega a quién. O mejor dicho,
Los entripados y pleitos de barrio comienzan en la calle; hasta que
Finalmente, uno se arma de coraje y decide concluirlos en La Chilena.
(Por supuesto que hay libertad de cátedra y carajos)
Cuando llegué después de seis meses de exilio voluntario, de pugnas
Cuando llegué después de seis meses de exilio voluntario, de pugnas
Y claudicaciones interiores, todos estaban con el suelo en los ojos.
Jack Quintanilla sumido en la muerte. Había
dejado la vida tirada sobre los asfaltos, para siempre.Y ahora que estoy en Chincha con Jorge Vega, con Enano y Peluca, yo
Le ofrezco dos palmadas de tierra de mi corazón. Jack Quintanilla
Descansa en Paz.
Extraído: "Haraui", No. 13
Biografía
Nació en Iquitos (18-02-1942). Estudió en la U. Nacional Federico Villarreal se graduó de Lengua y Literatura. Vinculado al grupo Hora Zero, ha escrito en revistas como Alpha, Cantuta, Textual. Su poemario Poemas entrecasa (1969), obtuvo el primer premio en los Juegos Florales Universitarios convocados por la Universidad Nacional de Educación de la Cantuta (Chosica, 1967).
No hay comentarios:
Publicar un comentario